martes, 7 de febrero de 2012

SOY JIMENO CAPÍTULO 1º


Aquel día gris, en apariencia, me encontraba sentado en el sillón de lectura contemplando desde la ventana como el agua caía dulcemente desde el cielo. No solía llover así en estas tierras mediterráneas, normalmente el agua se dejaba caer con rabia durante unos cinco minutos y luego sin más dejaba de llover y salía el sol impetuoso y lleno de carisma. Pero hoy el día era gris por lo tanto el sol estaba predestinado a mostrarse descarado en otro lugar y a que la gente de ese lugar pudiese disfrutar de un día soleado sin más. Yo en cambio disfrutaría de un día tranquilo, otoñal, haría lo que quería hacer no moverme de mi sillón de lectura y lógicamente leer un buen libro.

Observaba mi pequeña y costosa librería que contaba con dos muebles simétricos de a saber que estilo, porque si hay algo en lo que no estoy curtido es en los estilos mobiliarios, por lo tanto no puedo expresar con palabras si mis dos muebles simétricos cargados de libros son modernos, clásicos, elitistas, vanguardistas o de estilo colonial, puedo decir que yo veía dos muebles simétricos de madera de teca y líneas rectas, pongan ustedes el estilo que más se asemeje a la citada explicación.

Elegí uno de mis favoritos, aunque para ser humilde he de reconocer que todos eran favoritos por la sencilla razón de que todos me habían gustado cada uno según su estilo, su escritor y su mensaje, por lo tanto no dejaba ninguno fuera del círculo de libros favoritos. En este caso el libro era de una escritora joven apenas conocida en el gran circo de literatura vendible, para ser más claro apenas conocida en el mundo literario en el que un buen libro es igual a una buena fuente de ingresos por parte de la editorial, que con todos mis respetos se merece por el trabajo y los costes que conlleva editar una novela, y un betseller es decir un libro superventas que valga la redundancia es una gran satisfacción para su autor.

Pero aquel libro era especial porque verdaderamente me sentía identificado con el personaje, con su vida y su forma de pensar con sus aficiones y sus proyectos, y con todo lo que le había ocurrido en la vida, realmente parecía que su autora me conocía y había decidido escribir mi biografía, el personaje es una mujer llamada Isabela.

Sonreí entristecido recordando el día en que mis padres descubrieron mi homosexualidad, imagínense en aquellos años de dictadura franquista en donde no había cabida ni siquiera para las ideas ni  para la razón de tener otras conductas que no fueran las propuestas.

-Jimeno, hijo mío ¿qué sucede? Decía mi madre mientras rompió a llorar.

No pude oír más  pues la bofetada incontrolable de mi padre irrumpió en mi rostro sin más sentido que el que tiene una bofetada dada a tiempo para hacer de la escena que acababan de presenciar un final digno, y la dignidad en aquellos tiempos se vestía por los pies como los hombres.
No hubo ninguna explicación, no hubo dialogo tan solo se seguía oyendo el rumorcillo del llanto de mi madre y la frase que repetía sin descanso una y otra vez y que hasta llego a coger cierta musicalidad con aire dramático
- Dios mío, Dios mío.
Aquel mismo día con apenas dieciocho años salí de mi casa cabizbajo, miré atrás y pude ver a mi madre diciéndome adiós con la mano mientras que mi padre se asomaba por el portón de la casa con aire de patriarca para contemplar con dolor el derrocamiento de su apellido.
No supe que le pasó a Andrés el chico con el que tuve mi primera experiencia sexual y de la cual mis padres fueron espectadores atónitos en su momento cúspide, pues justo cuando iba a descubrir los sabores y sin sabores de mi primer orgasmo en pareja irrumpieron en mi habitación. La escena no merece ser descrita, brevemente haré una resella quizás algo grotesca pero que supongo que fue así como los espectadores la vieron y más tratándose de dos personas mayores educadas en plena guerra civil y con un vago sentido de la sexualidad ni mucho menos decir de la homosexualidad, dos chavales jóvenes con los pantalones bajados y a espalda sobre pecho punto y aparte.
Supuse que a mi querido compañero Andrés la vida no le habría cambiado él era el hijo del dueño de la finca en la que mis padres trabajaban y yo simplemente era el que era y no otro. Mi padre nunca le diría a Don Esteban que vio a su hijo haciendo cochinadas y menos aún que esas cochinadas las hacía con el hijo del capataz de la finca, que vergüenza y además pensaría mi padre, por ser buen pensador que eso si lo tenía, muerto el perro se acabó la rabia.

4 comentarios:

  1. Tula, me gusta mucho al idea y creo que hay una buena historia detrás. Hay cosas que pulir: algunas frases, al ser tan largas, tendrías que modificarlas, añadirles algún signo de puntuación. Eso y algunas tildes. Pero la idea es buena. Cuando uno hace largas disgresiones (cosa que es perfecta para ciertos tipos de historias) debe tener cuidado a la hora de puntuar y colocar correctamente. Sigue así, Tula.

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  2. Buena historia. Como dice Marco, hay algo en las puntuaciones y personalmente veo algo en el prota. Evidentemente es algo personal y el prota puede ser como su autor quiera. Pero interpreto que un homosexual, muy buen lector por lo que describes debería, o ese es mi humilde punto de vista estar dotado de algo de gusto y practicidad en cuanto al tema de los muebles. Ten en cuenta que no estás hablando de una locaza de barrio cuyas influencias son Priscila Reina del desierto. Estás hablando de un hombre que lucha contra la educación si es que la tienen de sus padres. Lucha contra ese oscurantismo impuesto por la guerra. Es, por fuerza un progre. Alguien que no solo se revela en contra de sus padres como hace al marcharse, si no contra esa oscuridad mental. Yo intentaría suprimir esa ingenuidad y la sustituiría por algo más de glamour, de gusto. Piensa en algún famoso y dale ese toque que te inspire. Piensa en un Ian McKellen, no en Boy George. Piensa en un George Michael y no en un Village People. Bueno no te doy la brasa y menos yo que soy el menos indicado. Un abrazo.

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  3. Me gusta un montón la historia , sobretodo el gesto de ser gay en aquella época...me encantas Mari!!!

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  4. Me gusta un montón la historia , sobretodo el gesto de ser gay en aquella época...me encantas Mari!!!

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